Durante el Barroco, el gremio de doradores era crucial en la decoración de
elementos arquitectónicos, muebles e imaginería religiosa. Los doradores
aplicaban hojas de oro o plata a superficies para darles un aspecto lujoso y
sofisticado. Aunque su especialidad era el dorado, también eran expertos en
imitar otros materiales como la piedra o el mármol mediante técnicas pictóricas.
En la actualidad y siguiendo con las misma técnicas antiguas y respetadas, sigo
realizando este tipo de trabajo aplicados a una gran variedad de campos desde
la decoración hasta restauración de obras.
Rosa Guerrero © 2025